Un día inolvidable
El Lasertag se ha convertido en una de las actividades de ocio más populares entre jóvenes y familias. Este juego combina diversión, estrategia y trabajo en equipo, todo en un entorno seguro y dinámico.
El Lasertag nació en Estados Unidos en los a?os 80, inspirado en el éxito de la saga cinematográfica Star Wars. La idea original fue trasladar a la vida real la experiencia de los combates con rayos láser. En 1984 se abrió el primer centro oficial en Dallas (Texas), llamado Photon, considerado el inicio de la actividad a nivel comercial.
Desde entonces, el juego se expandió rápidamente por todo el mundo, adaptándose a diferentes formatos: interiores, exteriores, temáticos y hasta versiones deportivas más competitivas.
Los participantes utilizan un chaleco o sensores que registran los disparos de una pistola láser. El objetivo es alcanzar al adversario o cumplir misiones específicas dentro de un espacio delimitado, que suele estar decorado con luces, obstáculos y zonas de cobertura.
Aunque parece solo un juego de disparos, el Lasertag tiene un trasfondo muy completo:
Trabajo en equipo: fomenta la coordinación y la comunicación entre los participantes.
Estrategia: no se trata solo de disparar, sino de planificar y organizarse para conseguir la misión.
Agilidad física: favorece el movimiento, la rapidez de reflejos y la resistencia.
Concentración: obliga a mantener la atención y reaccionar de forma rápida ante el entorno.
Diversión segura: a diferencia del paintball, no hay impactos físicos dolorosos ni manchas.
Hoy en día el Lasertag se ha convertido en una propuesta habitual en actividades de ocio juvenil, cumpleaños, eventos escolares y hasta en dinámicas de empresa (teambuilding). Su éxito radica en que es apto para todas las edades, no requiere experiencia previa y combina deporte con juego tecnológico.